Oliver tiene una triste historia, ya que nos dieron aviso de que en un barrio de Zaragoza, en unos matorrales, habían tirado a un perrito enfermo. Sufría de movimientos incontrolables y no coordinaba bien. Lo llevamos urgentemente al veterinario y aunque, inicialmente, parecía que podría ser un problema cerebral, su recuperación fue casi inmediata y en pocos días era un perro absolutamente normal. Posiblemente, este cuadro fue causado por algún golpe.
Es un cachorrito alegre y juguetón, como corresponde a su tierna edad. Le gusta jugar con sus juguetes, con los perritos… y le encanta el agua. Se lleva bien con otros perros, machos y hembras. Va bien en coche y con correa.