Tana era una perrita de un cazador. Cuando enfermó de leishmaniosis su dueño no podía desplazarse a darle el tratamiento, así que contactó con nosotros y la llevamos al refugio.
Tiene una Leishmania leve que no ha llegado a dañarle ningún órgano y con el tratamiento está perfectamente.
Tana es una joven y encantadora braca color chocolate. Es un amor de perra, desde el primer día que llegó al refugio, se adaptó estupendamente a un grupo formado por machos y hembras sin ningún problema, le encanta jugar con los humanos y comparte chenil con otra chica, la loquita, joven y juguetona Maya.
Necesita una familia que le haga hacer ejercicio, ya que es una perra muy juguetona, y que le dé una vida llena de amor y cuidados.