Soy Teo, un caluroso día de Julio de hace 2 años iba con hambre vagando por un polígono industrial buscando algo de comida y me metí en una empresa, donde había buenas personas que me daban de comer. Un día me pareció oler algo muy tentador que me llamo la atención. Al acercarme cogí con miedo un trocito de algo muy bueno y sabroso, era pollo asado, pero un ruido me asusto, acababa de caer atrapado en una jaula trampa.
Empecé a temblar de miedo, pero se acercaron a mi dos personas con voz muy dulce que me intentaban calmar diciendo” Cariño , no te asustes, ya estas a salvo”, pero yo temblaba cada vez mas.
Me llevaron al refugio de la protectora, y aunque me pusieron agua limpia y fresquita y una rica comida y no me pegaban, yo aun tenia miedo.
Cuando se acercaban a acariciarme , yo me arrinconaba en un rincón y de allí como ya no podía escapar, me dejaba acariciar y yo jamás les enseñaba los dientes , ni les hice un mal gesto.
Tardé meses en empezar a coger confianza en los voluntarios, al principio cuando me sacaban en mis ratos de recreo iba detrás de ellos, pero en cuanto me iban a coger o simplemente tocar, me deba miedo y no me dejaba coger.
Así que empezaron a ponerme un arnés con una larga correa, así jugaba por el recreo y cuando me tocaba entrar a mi chenil para dar paso a otros perritos ,pisaban la correa larga y me podían coger.
Con el tiempo cogí confianza en los voluntarios y empecé a salir a jugar con Magdalena, perrita que mi pusieron de compañera de chenil. Cuando tocaba recogerse, enseguida acudía con ella a mi chenil. Pero no se que pasa por mi cabeza, pero de vez en cuando, me vuelven los miedos y estoy otra temporada que tienen que ponerme el arnés con correa larga otra vez para salir a jugar.
Dicen los voluntarios que quizá como estamos en temporada de caza y por los alrededores del refugio hay cotos de caza, a veces se escuchan las escopetas de los cazadores disparando y eso también me asusta.
Como veis todavía necesito ayuda para confiar en la gente, avanzo a veces mucho y de repente hay un retroceso.
Necesito esa familia que tenga paciencia conmigo, llego a coger la comida de la mano de mis cuidadores, pero si me quieren acariciar, me voy para atrás, eso si en cuanto se dan la vuelta y me dejan por imposible, voy detrás de ellos.
Por otro lado paseo muy bien con correa y sobre todo en las visitas al veterinario dicen que me porto genial. También voy muy bien en coche, enseguida me quedo tumbado.
Dicen que soy muy guapo, con unos preciosos ojos claros y que tengo un andar muy elegante.
Me encanta jugar con perritas, tengo varias amigas de juegos por el refugio, con los machos, me pasean de momento con correa y no doy ninguna señal de querer pelea, así que creo que también los chicos pueden ser mis amigos.
Quizá ojala tu seas esa familia que me explique bien que no pasa nada para que yo tenga tanto miedo, y que me espera una bonita y larga vida, sin miedos y feliz.