Simba tiene poco más de un año de edad, es un cielo de perra, guapa, dulce, cariñosa y divertida. Pero a veces eso no basta para que te quieran cuando eres un perro. Y así fue para Simba, que iba a ser abandonada porque ya no la querían. Probablemente es de nuevo un “juguete roto” que se trae a casa de cachorro por su carita de ángel y luego se abandona cuando crece. Una chica se enteró del triste futuro de Simba y nos pidió ayuda. La tuvo acogida en su casa hasta que ha habido hueco en nuestra protectora, y ahora Simba ya corre por allí haciendo las delicias de todos.
Es muy joven, divertida, con muchas ganas de jugar y de correr como corresponde a su edad. Sin embargo también es muy buena, se porta muy bien en el coche y se lleva bien con todo tipo de perros sin dar ningún tipo de problema. Por eso no nos explicamos cómo se puede abandonar, o pretender abandonar, a un ser así.
Simba llama la atención por guapa, tiene cara de peluche y un color canela que aún le da más aspecto de dulce. Llora cuando está en el chenil para llamar tu atención y que entres a hacerle caso, y corretea jugando contigo y dando increíbles saltos cuando es su rato de salir a jugar.
Sin embargo no ha debido ser bien tratada porque aún tiene un punto de miedo, que en cuanto la vas a intentar sujetar se echa al suelo enseñando su barriga como diciendo “no me hagas daño, mira que buena soy” y a continuación sale corriendo. Por eso Simba tiene que coger todavía un poco más de confianza con extraños. No hay ningún problema cuando te conoce.
Este cielo de perrita hará las delicias de cualquiera que decida adoptarla, tiene un tamaño muy manejable y ya ha vivido en una casa, así que será fácil volver a acostumbrarse. Ahora tiene que sufrir el frío y la lluvia del invierno en un lugar que no le corresponde. Le quedan muchos años de vida para pasarlos en el refugio.
Esperamos que Simba encuentre pronto un hogar y pase el menor tiempo posible junto a nosotras porque eso querrá decir que ya tiene una familia que la quiere.
¡¡Suerte pequeña Simba!!
