Un perro sin historia…….Es triste, pero es lo mas común. Cuando lo sacamos del Centro Municipal de Protección Animal, solo se sabía que fue encontrado vagando por la ciudad. Seguramente ha tenido muchas dificultades desde que nació y tendría mucho que contar de su corta vida.
Este es el caso del adorable “Wilbur…..otro galgo sin pasado”. Pero no sucumbimos al desánimo, ni nos rendimos. Para la Asociación ADPCA, Wilbur nació el día que entró en el refugio, el 10 de agosto de este 2023, y a partir de ese día, comenzamos a escribir una historia para él, construyendo su nueva vida.
Wilbur es un galgo de apenas un añito, que si fuera humano podría jugar al baloncesto, le encanta ponerse a dos patas y sobrepasa a las voluntarias, un pequeño vicio que poco a poco va desapareciendo. Él es un perro, pero su piel parece el de una cebra, y por su altura podría ser un pequeño pony. Es como un niño grande, le encanta jugar, tanto con los humanos, como con sus congéneres. Sale de paseo con las galguitas “Fiona” y “Carlota” y con el podenco “Flyppy”. Los cuatro forman un gran tándem. Es bueniiiiiisimo, nunca tiene un mal gesto hacía sus compañeros ni hacia los voluntarios. En su casa, como todavía es muy joven, hay que ponerle límites, la revuelve y juega con los cuencos de la comida. Nada que no pueda ser corregido en un hogar donde tenga en qué ocupar su tiempo.
Es muy obediente y acude a las llamadas para volver a su casita cuando es el momento de recogerse, y le encanta ir al lado de los voluntarios mientras éstos trabajan limpiando el espacio de recreo. Él los sigue y apoya en sus tareas. Lo podéis ver en el video “Wilbur, Carlota y Flippy , tarde de carreras”, se ve que Wilbur está mas pendiente de seguir corriendo al lado del voluntario Adrían que junto a los otros perros. Será un gran compañero para la afortunada familia que decida compartir la vida con él, y un perfecto aliado si tienes un jardín que cuidar. Si no lo tienes, tampoco tendrá mucha importancia para Wilbur, ya sabéis que las patitas de los galgos son plegables, se enroscan y ocupan un espacio súper pequeño. Pueden vivir perfectamente en una vivienda sin jardín, sólo necesitan su paseíto diario y un espacio para poder correr un rato a sus anchas y donde poder compartir con otros perretes sus ganas de juego.
Bueno, hasta aquí lo que os podemos contar de Wilbur, pero esto es sólo el principio de una gran historia que seguro podrá escribir junto a la familia que desee dar una oportunidad a este bonito galgo español.